viernes, marzo 16, 2007

Francisco Ayala


Hace hace años, en mi época de estudiante, casi me vanagloriaba de no leer novelas, o sólo aquellas novelas que tenían reservado un lugar, más o menos destacado, en la historia de la literatura. Ahora casi me avergüenzo de no leerlas o de terminar muy pocas. Tengo una relación con la ficción un tanto original. He pasado años en los que leía casi sólo periódicos y libros de carácter académico o ensayos. Por eso debo de confesar que no había leído a Francisco Ayala. Llegué a él muy tarde a través de sus Recuerdos y Olvidos y he trabajado también su Tratado de Sociología y su Introducción a Las Ciencias Sociales. En sus memorias se puede leer a un gran creador de prosa sencilla y directa, pero extremadamente precisa y bella y capaz de transmitir lo que quiere con equilibrio. En una entrevista hoy en El País afirma que en sus Recuerdos y Ovidos hay muchos recuerdos y pocos olvidos y que ha pretendido expresarse con moderación. Algo parecido dice en su Tratado de Sociología (1945) en el prólogo de 1967 que no ha sido revisado a pesar de pasar por varias ediciones:
(...) encuentro que su repaso y lectura me aconseja escasas alteraciones, y ninguna de gran monta. Ello significa probablemente en un espíritu de sincera aproximación a la realidad, es decir, con ánimo resuelto a dar de lado a toda clase de prejuicios, y escrito en actitud de cautelosa moderación


En cualquier caso en pocas ocasiones alguien se encuentra con libros en nuestras Ciencias Sociales tan bien escrito, de prosa tan cuidada. Cada oración, independientemente de lo que diga, tiene un valor literario poco común en nuestros días y nuestro entorno académico. Por otra parte, que alguien con 39 años, edad que tiene Ayala cuando escribe el tratado, escriba algo y perviva significa que estamos ante un creador y académico difícilmente repetible.

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