viernes, diciembre 22, 2006

La globalización pendiente de un hilo


A muchos intelectuales se les llena la boca con la palabra globalización pero algunos no sospechábamos que los intercambios mundiales penden de un hilo, mejor dicho, de un cable tan estrecho. Acabo de leer en el International Herald Tribune que la línea de cable de fibra óptica entre las dos principales potencias económicas mundiales (China y EE.UU) cuenta con un ancho de banda muy estrecho realmente (80 Gb por segundo) propio de las épocas primigenias de Internet. En una de las más interesantes lecturas de este año 2006, La tierra es plana, Friedman recoge cómo una de las razones del crecimiento de India, además de un nivel formativo de alto nivel en ingeniería y ciencias, son las infraestructuras que se contruyeron a finales de los años antes de la crisis de las empresas .com. Pues bien, el nuevo cable submarino entre EE.UU que se inaugurará en 2008 coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Beijin tampoco ofrecerá un ancho de banda de morirse, 1,28 terabits. No sé si esto puede limitar la capacidad de crecimiento mundial, a no ser que ese cable sirva sólo para la comunicación de datos tradicionales y no vídeo, que como todo el mundo sabe, ocupa un gran ancho de banda. Me imagino que quienes lo instalan sabrán lo que hacen, pero yo mismo tengo en casa 20 Mb por segundo y ya existen líneas de ADSL en suecia que sirven 1Gb segundo a los hogares. Suponemos que ese ancho de banda para los intercambios entre 2300 millones de personas se complementará con otras tecnologías como el satélite, por ejemplo. En fin, las paradojas de la globalización.