domingo, octubre 15, 2006

Barcelona ciudad global y multiétnica


No acierto a explicar la razón pero me seduce mucho lo que de global tienen nuestras grandes urbes. La antigua zona de industrial y de residuos que es hoy Diagonal Mar se ha convertido en entorno de la globalización más intercultural y urbana que se puede encontrar. Mientras paseaba con mi familia ayer por ese enclave postmoderno que es el parque de Diagonal Mar observé cómo un grupo de unos diez adolescentes, ataviados de la forma más eclécticamente hip hop, recitaban en medio de la calle sus versos raperos formados en un desordenado corro. Articulaban un perfecto castellano (y pensé que tienen razón los que dicen que fenece el catalán porque el español sí es lengua global) aunque por su aspecto parecían de procedencias étnicas distintas, probablemente diferentes países de América del Sur, África y Asia. Después, en un Starbucks, otra manifestación global de lo que Vicente Verdú llama capitalismo de ficción, una mujer musulmana apuraba uno de esos cafés ecológicos, personalizados y carísimos. Cubría su cabello con un pañuelo y portaba ropas oscuras que escondían su piel perfectamente del cuello a los tobillos. Tras una furtiva mirada caí en la cuenta de que, aunque discretamente, su indumentaria provenía de esas caras marcas de ropa globales que hacen más plano el mundo. La acompañaba su hijo pequeño. Todo ello en 10 minutos, mientras vigilaba a mi hija de dos años que no paraba de correr excitada por una multitud de gente que iba y venía por un centro comercial de la globalización.