domingo, diciembre 18, 2005

Firefox frente a Explorer: cuando la semiótica nos cuenta cosas sobre la Web

Sigo mucho a Enrique Dans y me interesa bastante lo que nos cuenta cuando no se pone "estupendo" con las pelis que le gustan ;) . Un post suyo me lleva a una reflexión un poco semiótica o más bien semántica de la diferencia entre el Firefox y el Explorer.

El Explorer nace con vocación, o mejor dicho, con la predestinación de navegador de masas, impulsado por el líder en software. Si analizamos semáticamente su nombre Explorador nos remite a una navegación aventurera. Porque que nadie me diga que no es una aventura ir por la web y recibir ataques sin parar de Spyware y porquerías por el estilo. Es ahí donde está la "experiencia" de la navegación, porque qué aventura que se precie no conlleva una sarta de peligros acuciantes.

Por su parte, quienes diseñan el Firefox nos muestran ya en su nombre sus intenciones: es listo, se zafa de los ataques con los reflejos de un zorro, es rápido (sólo basta mirar el logo) y su velocidad deja una estela de fuego, un fuego que a su vez es depurativo y lidia contra infecciones y los peligros de la red. Quien explora busca descubrir cosas nuevas y apasionantes. Porque la necesidad de búsqueda está en nuestro memoria ancestral como especie: los niños cuando comienzan a entender el habla de los adultos una de las primeras situaciones que aprenden es el ¿dónde está? ( el peluche, mamá o el chupete) que desde el punto de vista del lenguaje nos remite directamente al concepto de búsqueda y exploración de la realidad. Pues bien, Firefox tiene como principal reclamo "vuelve a descubrir la red". Juega con esa necesidad antropológica de buscar y se postula como una alternativa al mayoritario Explorer . Porque la aventura de conocer y la seguridad no deben ir reñidos. A ver qué pasa con la seguridad cuando Firefox sea mayoritario y "los otros" encuentren motivación diseñarle situaciones emocionantes.